¿Te imaginas viviendo en un 3 ambientes, pegado al ingreso a Buenos Aires?, ¿Cuánto pagarías por tener la sinfónica vehicular todos los días?. Muy poco seguro.
La cuestión es ver la cantidad de edificios, pegados, casi soldados, que hay en las distintas Autopistas porteñas, y que uno circulando a muy baja velocidad por congestionamientos, casi que ve a la gente duchándose.
El ver las terrazas de las casa, de algunos edificios bajos o mismo las parrillas (o SUM para los más actuales), nutren el paisaje habitual para quien transita estas vías de escape o llegada. Sin embargo, en otras oportunidades, si uno viaja de acompañante puede tranquilamente meterse en la intimidad de una mate o en la dedicación de un ama de casa.
Lo cierto es que la privacidad de esta gente no es lo que abunda, pero a esta altura convivir con tantos espectadores será una cuestión de todos los días.
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