Las largas colas y esperas que produce el tránsito, hace que la utilización del espacio que queda en la calle, se convierta en un bien preciado para tratar de llegar un poco mas rápido que el otro. Esa carrera contra no se qué, porque no se puede avanzar mas allá de lo que el auto de adelante te permita, genera que el aprisionamiento sea tal que le permita conocer con lujos de detalles, por ejemplo, la parrilla de una F-100 capaz de pasarte por encima sin el mínimo esfuerzo.
Pero en otras oportunidades, cuando corta el semáforo y uno se detiene, el espejo retrovisor se convierte en una película de suspenso hasta que vemos que el vehículo que se nos acerca a toda velocidad, tiene el tiempo y espacio para detenerse. En muchas oportunidades terminan como este "fletero" que pensó, tal ves, tenia un inconveniente en auto y quiso empujarme.
Es así como el pensar en "me toca, me toca.... uuufff", se convierte en un sufrimiento cuadra a cuadra cada vez que la luz roja grita "acción".
Pero en otras oportunidades, cuando corta el semáforo y uno se detiene, el espejo retrovisor se convierte en una película de suspenso hasta que vemos que el vehículo que se nos acerca a toda velocidad, tiene el tiempo y espacio para detenerse. En muchas oportunidades terminan como este "fletero" que pensó, tal ves, tenia un inconveniente en auto y quiso empujarme.
Es así como el pensar en "me toca, me toca.... uuufff", se convierte en un sufrimiento cuadra a cuadra cada vez que la luz roja grita "acción".
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