Por ese motivo vale la aclaración.
Lo que me llamo la atención de esta "semi asamblea popular" (reclamando por los aumentos de la luz en Capital Federal) no fue la gente, sino un personaje muy singular y ampuloso (dícese de aquel Sr. que gesticula tanto que da mas para espectáculo circense que para dirigir el tránsito) que se encargo de distribuir el gran caudal de autos.
Ubicado en el medio de la calle, con ese porte a lo Maradona (con el pecho inflado de orgullo) y dispuesto con un silbato, que se encargaba de hacerlo sonar como si fuera a dar inicio a una final del mundo, este oficial hizo la delicias de los que expectantes automovilistas que para cruzar aguardábamos su indicación.
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