El testeo del En el auto fue bastante parecido al de los medios principales de comunicación. Pocas, casi ninguna estación de servicio abiertas como para poder cargar combustible. En la mayoría de los casos con algún playero custodiando y en otros, simplemente todo a oscuras, una clara señal de no haber actividad.
Para los que tuvieron suerte de cargar ayer mucho problema no se hicieron, para el resto sin dudas fue una odisea ubicar donde cargar y aún más, esperar las largas colas en esas estaciones rebeldes. En esta oportunidad y sin querer, fui uno de los privilegiados.
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